Un día, Martín Torres organizó en el bar que regenta un torneo de simracing al que asistió Pablo López, actual piloto de Fordzilla, que obviamente quedó prendado de la habilidad de Abel. “Pablo me pidió permiso para subir a redes sociales unos vídeos que había grabado de Abel conduciendo en el simulador. Una semana después de haberlos publicado, me comentó que la gente estaba alucinando y meses después me llamaron desde Fordzilla para ofrecerme la posibilidad de que Abel entrara en el equipo”.
La llamada desde Fordzilla corrió a cargo de su capitán, José Iglesias, que reconoce que no ha visto nada igual en los más de diez años de experiencia que tiene en el simracing. “Llevo 12 años en este sector y nunca jamás he visto algo parecido. Yo me he criado en el mundo del karting y ahí puedes ver a niños de cinco años subidos en un kart, pero ellos compiten con otros críos de su edad. Lo de Abel es otro mundo. En cuanto vi el vídeo, pensé que quien no lo fichase para su equipo no sabía lo que estaba haciendo”.
En 2019 Abel participó en el CES y con tan sólo un año de experiencia ya es campeón. Su desempeño es puro talento, puesto que tal y como reconoce su padre nadie le ha enseñado a conducir como lo hace. “Nadie ha enseñado a Abel a trazar las curvas como lo hace, es pura intuición”. El pequeño simracer apunta además a ser un experto en el mundo del automovilismo, algo que demuestra una anécdota que cuenta José Iglesias: “En una carrera de la vida real es capaz de distinguir el tipo de coche que se aproxima por una curva solo por el sonido”.
De momento, Abel ve el simracing como pura diversión, algo que se aprecia en sus propias palabras. “Si voy solo, se me hace aburrida la carrera, lo que más me gusta es ir con gente peleando”. Sin embargo, ya son pocos los que dudan que estamos ante uno de los grandes dominadores del sector durante los próximos años... ¡o décadas!